Si sabes cómo comprobar la calidad de la hierba antes de comprarla, es mucho más probable que te vayas a casa con una bolsa de cogollos de primera categoría que con un fiasco. En este artículo abordamos todos los aspectos que determinan cómo es un cogollo de calidad, incluyendo también lo que debes evitar. ¡Después de leer este artículo podrás evaluar mejor si lo que tienes en tus manos merece la pena!
El hecho de que te estafen vendiéndote una bolsa de hierba de baja calidad resulta especialmente embarazoso. Y si eres la persona que suministra la hierba a tu círculo de fumadores, es doblemente vergonzoso, sobre todo si este lo forman aficionados muy entusiastas. ¿Pero qué se puede hacer? A veces estás tan desesperado por un porro que aceptas lo que sea, ¿verdad? ¡Error! Vivimos en la era moderna de la marihuana, amigos, en la que no hay que conformarse con una bolsa de basura.
Entonces, ¿cómo se comprueba la calidad de la hierba? Bueno, no existe un método científico para evaluar la marihuana que hay en la bolsa antes de comprarla. Pero no importa. Hay ciertas cosas en las que sin duda debes fijarte y otras que debes evitar. Vamos a ayudarte a identificarlas para que puedas estar seguro de lo que te has llevado cuando te despidas de tu proveedor y llegues a tu círculo de fumadores.
Aquí tienes un método exhaustivo para inspeccionar tu bolsa de hierba cuando la recibas, en el orden en que debes hacerlo.
1. Abre la bolsa y huele el contenido
Sinceramente, si se trata de un producto de gran calidad, ni siquiera tendrás que abrir la bolsa para poder oler lo que hay dentro. Si la hierba es buena, deberías poder olfatearla a un kilómetro de distancia. Cuando la abras, el olor afrutado y húmedo de la marihuana debería invadir los folículos pilosos de tu nariz. En el mejor de los casos, se te hará la boca agua: un signo inequívoco de que estás ante un material más que decente.
Si abres la bolsa, metes la nariz en ella, y huele a hierba recién cortada, debes rechazarla educadamente. El olor de la hierba no debe recordarte al heno ni al césped cortado.
Lo que debes evitar, lógicamente, es el olor a moho. Eso indica que la hierba se ha echado a perder, lo cual también es algo a tener en cuenta.
Si el olor no es intenso, tampoco es una buena señal. Un cogollo de excelente calidad desprenderá un fuerte aroma a marihuana.
2. Saca un cogollo y examínalo
Ha llegado el momento de la inspección visual. Cuando saques el cogollo, inspecciónalo. ¿Es de un bonito y brillante color verde? Debería serlo. No todos los cogollos tendrán el mismo tono de verde, pero deben ser brillantes y coloridos, nunca marrones. Una hierba marrón indica que se ha secado o que no se ha curado correctamente. Algunas veces la hierba puede presentar otros colores, como el púrpura o el naranja, pero debe ser mayoritariamente verde.
Durante la inspección visual, echa un vistazo a la formación de tricomas en el propio cogollo. Si no observas cristales de aspecto delicioso por toda la hierba, probablemente se trate de un producto que no tiene nada de especial. Pero, si prácticamente refleja la luz del sol por la gran cantidad de tricomas que contiene, has acertado de lleno. También debes fijarte en el color de los tricomas (si tienes buena vista). Unos cristales turbios son una victoria, mientras que si son claros quiere decir que no han tenido suficiente tiempo para desarrollarse.
También merece la pena mirar dentro de la propia bolsa. ¿Hay muchos tallos y semillas? Esos no son los ingredientes de un porro de calidad, así que no deberías ver muchos de ellos en una bolsa de hierba. Además, añade peso al paquete, y en realidad no se puede fumar. Así que si un coffeeshop te da una bolsa llena de semillas y tallos, devuélvela o pide un descuento considerable.
3. Tantea el terreno
¿Recuerdas los tricomas, los cristales de THC de los que hablábamos antes? También deberías poder sentirlos. Y para ello debes comprobar su adherencia. En general, cuanto más pegajosos, mejor. Si los cogollos son pegajosos al tacto, es un indicio de que están cubiertos de cristales de THC. Sí, es una muy buena señal.
Pero también debes comprobar la densidad de los cogollos. Deberían ser fáciles de desmenuzar y tener un tacto algo esponjoso. Si parece que han sido empaquetados o están rígidos como la arcilla, probablemente estés tocando hierba de hace años.
Por último, los cogollos no deben deshacerse y convertirse en polvo al tocarlos. Deben contener un nivel moderado de humedad. Un exceso significa que no se han secado bien, pero el sabor y el efecto también se verán perjudicados si están demasiado secos.
4. Saboréala
Si tratas con un vendedor de la vieja escuela, debería dejarte probar un poco. Una pequeña pipa, cachimba o porro en casa de tu distribuidor te ayudará a cerrar el trato. Una de las características fundamentales de la hierba es la sensación que produce al fumarla, desde el sabor hasta la intensidad y el efecto general. Y si no es buena, no olvides que eres libre de marcharte y buscar cogollos de calidad. Esto es especialmente aplicable si vives en un país favorable a la marihuana.
Si tienes la fortuna de estar en Ámsterdam, puedes comprar primero una pequeña cantidad, probarla en el coffeeshop con un vaporizador y, si te gusta, comprar más. Puedes comprar hasta 5 gramos, ya que ése es el límite legal.
5. Aprende y sigue adelante
No odies a tu proveedor si te suministra algo de baja calidad. La desafortunada realidad es que a veces serás bendecido con la mejor bolsa de hierba que hayas fumado nunca, mientras que otras veces te estafarán. Pero eso no es un motivo suficiente como para empezar una guerra con tu vendedor. Simplemente no vuelvas a comprar allí.
La hierba es para compartirla
Por último, no olvides que una buena hierba es para disfrutarla en compañía. No hay nada peor que alguien que acapara toda la hierba buena para sí mismo mientras sus amigos se quedan secos.
Ahora ya sabes cómo comprobar la calidad de tu hierba. Y si encuentras una bolsa que cumple todos los requisitos, ¡asegúrate de compartirla con tus amigos!