Los consumidores no piensan a menudo sobre cuantas cosas tienen que ocurrir para que ellos puedan comprar marihuana en un dispensario. El trayecto de la semilla a la marihuana es uno largo que se fía en el conocimiento y los esfuerzos de un cultivador. En este artículo, tienes la oportunidad de saber qué ocurre desde la semilla hasta la marihuana y finalmente la venta.
Hay un famoso proverbio chino que dice: “Cuando estás comiendo la fruta, recuerda quién plantó el árbol”. Aunque solo toma alrededor de 30 segundos comprar marihuana en un dispensario, el mismo cogollo de marihuana podría haberle tomado crecer uno o dos meses.
Bien, en general, los consumidores no piensan mucho sobre lo que ocurre en el proceso de creación de los objetos que compran. ¿Cuánto tiempo toma para que una joyería de plata esté lista? ¿Cuál fue el proceso de fabricación de tu iPhone?
Cuando realmente te tomas un momento para pensar sobre lo que ocurre en la producción de… bien, cualquier cosa que utilices, ¡es realmente increíble!
La marihuana no es la excepción. El proceso que ocurre desde la semilla hasta la marihuana es toda una aventura. Este artículo se trata sobre el recorrido que tiene que realizar un cultivador y la energía que pone en su cultivo, para que nosotros como consumidores, finalmente compramos cannabis en un dispensario.
1. Comienza con un plan – ¡no una semilla!
Al contrario de lo que podrías creer, el cultivo de la marihuana no comienza con una semilla. Piensa al respecto. Si sales a comprar semillas de cannabis pero no has pensado sobre dónde y cómo vas a cultivarlas, ¿entonces qué vas a hacer con las semillas?
Entonces, sí – cultivar marihuana comienza con un muy buen plan sobre cómo se va a hacer el proceso.
Un cultivador necesita saber si va a cultivar en espacios interiores o al aire libre, si va a utilizar sustrato o un sistema hidropónico. Necesita saber un poco sobre sus alrededores y los desafíos que podría enfrentar. Así sean los vecinos metiches echando un vistazo por encima de la valla del patio trasero o así sea mantener alejada las plantas de los gatos callejeros, tienen que tomarse previsiones sobre el ambiente y el entorno.
2. Elegir una semilla
Una vez que un cultivador sabe cómo planea realizar una operación de cultivo, es hora de ir a comprar las semillas. ¿Será indica, sativa o una híbrida?
Algunos cultivadores eligen una semilla basado en cuál será el producto final. Si están cultivando por consumo personal, entonces los cultivadores ciertamente elegirán lo que les gusta fumar o cualquier propiedad médica estén buscando. Si están cultivando comercialmente, entonces la elección recae en la opinión pública de las cepas.
Otros cultivadores eligen una cepa dependiendo de su espacio de cultivo. Las sativas crecen para ser altas y prefieren estar al aire libre, mientras que las cepas indicas prosperas en espacios interiores y en espacios pequeños. Para algunos, la semilla será elegida según el tiempo de floración. Por ejemplo, cepas como la Super Silver Cheese y la Amnesia tienen periodos de floración más largos. La Northern Lights, por otro lado, tiene un periodo de floración más corto.
Los cultivadores inclusive tienen la opción de seleccionar semillas que sean feminizadas. Esto elimina la posibilidad de terminar con plantas masculinas en el jardín. Básicamente hay una semilla para cualquier tipo de cultivador hoy en día. La elección de la semilla puede estar basada en muchas diferentes cosas. Y claro, elegir la correcta tiene un impacto enorme en el producto final.
3. El proceso de cultivación
Aquí es donde un cultivador realmente puede lucirse – ¡y realmente descubre lo que es necesario para cultivar marihuana! Así como con cualquier criatura viviente, las plantas de marihuana necesitan comida para sobrevivir. Y tus plantas bebés no necesitan cualquier tipo de comida, sino la correcta para prosperar y volverse plantas deliciosamente saludables. Así que el proceso de cultivación requiere de mucho cuidado y atención de parte del cultivador.
Para realizar satisfactoriamente una operación de cultivo, un cultivador tiene que pensar sobre el medio de cultivo, los nutrientes y el regado, mantener el nivel de pH y los horarios de iluminación – solo por nombrar algunos de los aspectos relacionados al proceso. Tiene que haber un protocolo para remover las plantas masculinas del jardín para prevenir la polinización (a menos que sea deseado para el cruce de las plantas).
La clave para hacer la marihuana realmente buena que finalmente podemos fumar como consumidores es el propio cultivador. Sí, una buena semilla es importante, pero un buen cultivador es más importante. Ser capaz de organizarte eficientemente como cultivador para mantener un jardín de marihuana no siempre es la tarea más fácil. Esto requiere de habilidades de resolución de problemas y ponerle mucha atención a los detalles.
La mejor marihuana es cultivada por aquellos que pueden observar cómo las cosas más pequeñas cambian el resultado del cultivo.
El proceso de cultivo puede tomar hasta dos meses, dependiendo de la semilla. Un cultivador tiene que ser capaz de nutrir a la planta en todas las diferentes partes de su ciclo de vida. Al igual que el esfuerzo y la atención, también hay mucha paciencia involucrada en la cultivación de la marihuana.
Cultivar la marihuana por sí sola es la mitad del trabajo (porque definitivamente hay muchas cosas involucradas) pero obviamente es importante. Como consumidores, nosotros no pensamos frecuentemente sobre las horas de trabajo que se emplean en el proceso de la cultivación y eso sin hablar de la experiencia y los conocimientos.
4. El proceso luego del cultivo
Si nunca antes has cultivado marihuana, podrías pensar que los cogollos son cosechados y ya están listos para fumarlos. Pero desafortunadamente, ese no es el caso. Dependiendo de qué tan meticuloso quiera ser un cultivador, el proceso después del cultivo puede ser tan largo como la propia cultivación. Después de cosechar, se lleva a cabo un largo proceso de secado y curado. Así es como conseguimos cogollos con la textura perfecta: ni demasiados secos ni demasiados húmedos.
La cosa más importante cuando se habla de secar y curar es la paciencia. Así sea que la operación de cultivo sea comercial o personal, hay una gran urgencia en acelerar esta etapa.
Y el por qué es obvio. Después de meses cuidando plantas, los cultivadores quieren fumar su marihuana o venderla. Ese es el fruto de la labor. Pero si algo sale mal en el proceso de curado, entonces los cultivadores se arriesgan a perder todos esos meses de duro trabajo.
En realidad, una marihuana de buena calidad se fía mucho en la paciencia y la meticulosidad del cultivador durante la etapa de secado y curado. Inclusive recortar marihuana es importante. ¿Alguna vez compraste marihuana que tenía muchos tallos y hojas en ella? No fue tan impresionante, ¿cierto?
5. Distribución y venta
Una vez que la marihuana ha sido secada y curada, es hora de transportarla. Los dispensarios y las cafeterías llenan sus negocios con marihuana que a menudo viene de cultivadores locales licenciados. La distribución y venta de marihuana recae en una red de negocios, cultivadores e intermediarios.
Así es como la marihuana es llevada de un jardín a tu pipa. Una vez que llega a un dispensario, está disponible para el público como marihuana medicinal o recreativa. Aquellos que cultivan marihuana son a menudo entusiastas sobre el cannabis probando su suerte vendiendo marihuana bajo el paradigma del nuevo mundo de la marihuana legal.
6. El producto final
De la misma forma que la fruta es el producto de años de labor de la naturaleza, la marihuana es el producto final de la dedicación, paciencia y tiempo de un cultivador.
Cuando compras marihuana, no solo estás comprando los productos de una planta, también estás comprando el tiempo, conocimiento y la experticia de alguien a quien le encanta la marihuana. Tú estás comprando años de práctica y refinamiento, compactado en algunos meses de cultivación, secado y curado de esa planta en particular.
La próxima vez que compres marihuana, piensa sobre la persona que plantó la semilla. Esto le traerá un significado completamente nuevo a ese delicioso cogollo que pones en tu pipa o porro. ¡Y probablemente también te dé una nueva forma de apreciarlo!