Existe más de una forma en que una planta de marihuana puede desarrollar problemas durante su ciclo de crecimiento, que pueden catalizarse en una serie de contratiempos. Las plantas de marihuana pueden verse afectadas por problemas de nutrientes, problemas ambientales, problemas de plagas e insectos, además de enfermedades que se apoderan de la planta de marihuana. El objetivo hoy va a ser ofrecerte formas visibles de detectar que tu planta de marihuana tiene un problema, y de identificar exactamente qué tipo de problema es.
Para los cultivadores más experimentados, identificar un problema en una planta de marihuana es fácil. Solucionar el problema es lo que da dolor de cabeza. Sin embargo, para aquellos que se inician en el cultivo de marihuana, el simple hecho de identificar que existe algún problema antes de que sea grave puede resultar muy complicado. La clave para ocuparse de un problema con una planta de marihuana es detectarlo enseguida, de modo que el problema puede tratarse antes de que mate a la planta. Si un problema con una planta de marihuana se deja demasiado tiempo si atenderlo, el problema puede extenderse y afectar a toda la planta, lo que va a perjudicar a la calidad y a la producción. En algunos casos, puede echar a perder la planta completamente.
Problemas de nutrientes
La carencia de nutrientes o la quemadura por exceso de nutrientes son algunos de los problemas más frecuentes que sufren los cultivadores. Con frecuencia, la marihuana presenta una carencia de nutrientes, ya que es una especie vegetal de muy rápido crecimiento que consume una gran cantidad de nutrientes en ese proceso. Si la tierra o el sustrato no se mantienen con el nivel correcto de nutrientes, entonces, como resultado, la planta va a sufrir y posiblemente a morir. También es frecuente que las plantas sufran quemaduras por exceso de nutrientes, que es cuando el cultivador utiliza una cantidad excesiva de nutrientes, y la planta no puede procesarlos. Esto se traduce en demasiados nutrientes, y de nuevo es un problema para la planta.
Si tu planta presenta quemaduras por exceso de nutrientes, la mejor forma de identificarlo es a través de las hojas. Puede que veas aparecer manchas marrones en las hojas, que empiezan a quemarse, volviéndose de color marrón y curvándose hacia abajo. Los nuevos crecimientos se retrasan y se desacelera el crecimiento general de la planta. Ante esta situación, lo más importante es eliminar algunos de los nutrientes del sustrato. La mejor manera de hacerlo es con agua, o un proceso conocido como lavado de raíces o flushing. Esto significa regar las plantas de marihuana con agua pura, para diluir la cantidad de nutrientes presentes.
Carencia de nitrógeno
La carencia de nitrógeno es una de las deficiencias nutricionales que se producen con más frecuencia en una operación de cultivo de marihuana. La carencia empieza a notarse en las hojas inferiores de la planta, que empiezan a ponerse de color verde pálido. A medida que la carencia se extiende, las hojas se vuelven amarillentas y comienzan a caerse. El nitrógeno que queda en la planta viajará hacia arriba hacia el nuevo crecimiento, y como resultado, la parte amarillenta de la planta seguirá extendiéndose hacia arriba desde la parte inferior. Es normal que las hojas empiecen a ponerse amarillas y a caerse durante la etapa de floración de la planta de marihuana, pero si observas que esto sucede durante la fase vegetativa, la planta necesita más nitrógeno.
Cualquier abono servirá para proporcionarle a tu planta más nitrógeno. Es importante elegir un abono con alto contenido en nitrógeno, ya que es lo que le falta a la planta. Los niveles de nitrógeno disminuyen, de manera natural, durante las fases de floración y la cosecha (y de hecho es saludable para las plantas bajar sus niveles de nitrógeno). Sin embargo, es importante mantener los niveles de nitrógeno altos durante la fase vegetativa, ya que el nitrógeno ayuda durante el proceso de fotosíntesis y con el crecimiento de cogollos de buena calidad.
Carencia de fósforo
El fósforo es otro nutriente principal necesario para el crecimiento saludable de la marihuana. Es un nutriente importante para la planta de marihuana durante toda su fase de crecimiento, y por lo tanto será posible apreciar si en cualquier punto la planta comienza a sufrir una deficiencia de fósforo. Tienes que evitar añadir fósforo extra a menos que hayas identificado que la planta tiene dicha carencia y necesita más.
Por lo general, cuando la marihuana presenta una deficiencia de fósforo, la planta ralentiza su ritmo de crecimiento de forma significativa, y las hojas nuevas crecen muy pequeñas. Sin embargo, las hojas más viejas serán las primeras en mostrar los signos de carencia de fósforo, y van a mostrarlos al volverse de color verde oscuro, antes de desarrollar manchas de color púrpura y azul. Los tallos de la planta pueden empezar a cambiar a color púrpura y rojo si falta fósforo. Es todavía más probable que exista una carencia de fósforo si observas estas irregularidades en las partes de la planta que reciben directamente la luz del sol.
Si tu planta presenta una carencia de fósforo, puedes comprar muchas mezclas vegetales que contienen una gran cantidad de fósforo. Básicamente cualquier abono vegetal específico para los cogollos o las plantas con flores contiene una gran cantidad de fósforo, porque ¡las plantas en la fase de floración nunca tienen bastante! Por lo demás, entre algunas de las cosas con alto contenido en fósforo se incluyen harina de huesos o sangre, guano, fosfato de roca blando, harina de pescado y caparazón del cangrejo. Puede añadirse cualquiera de ellas a la tierra o sustrato para facilitar la producción de fósforo.
Carencia de potasio
El potasio es el nutriente que necesita la planta de marihuana para ayudar a transportar el agua, que se requiere en cada parte de la planta. Por lo tanto, es importante que los niveles de potasio de la planta de marihuana se mantengan saludables. Es muy importante para la salud y el bienestar de la planta que los niveles de potasio permanezcan altos durante todo el ciclo de vida de la planta.
Es muy poco probable (o imposible) que una falta de potasio se produzca en un sistema hidropónico, y casi siempre se produce en operaciones de exterior plantadas directamente en el suelo. La causa más probable para una carencia de potasio en una planta de marihuana es la fertilización incorrecta. Habitualmente, una planta sin suficiente potasio crecerá más que las otras plantas de tu jardín, haciendo que el tallo se debilite y posiblemente se rompa. También empezarás a identificar algunas hojas muertas. Si no se trata en este punto, las hojas pueden comenzar a desarrollar manchas rojas y amarillas. Cuando la deficiencia se hace más grave, el crecimiento de tu planta comenzará a desacelerarse y las hojas nuevas crecerán mucho más pequeñas.
Una forma de corregir una deficiencia de potasio consiste en utilizar un fertilizante que contenga altas cantidades de potasio. Otra fuente muy rica de potasio para las plantas es la ceniza de madera, que se puede echar sobre el suelo para estimular la producción de potasio.
Carencia de magnesio
La cuarta carencia de nutrientes que con más probabilidad puede producirse en tu planta de marihuana es una carencia de magnesio. Rara vez ocurre que las plantas de exterior sufran una carencia de magnesio, y suelen sufrirla los que cultivan marihuana en un sistema hidropónico. Si no se trata de forma rápida, una carencia de magnesio puede estropear la planta rápidamente. Una vez más, el magnesio pasa del extremo inferior de la planta a la parte más alta, lo que significa que los síntomas de una planta deficiente en magnesio se identificarán en la mitad inferior.
Las hojas empiezan a ponerse amarillas, a curvarse hacia dentro, y luego empiezan a morirse si la planta de marihuana atraviesa una carencia de magnesio. Los brotes que aparecen pasan de un color verde pálido a blanco, y los pecíolos y los tallos se vuelven de color púrpura. Para solucionar el problema de la falta de magnesio, los cultivadores pueden aplicar sulfato de magnesio, cal de jardín, sales de Epsom o humus de lombriz. Van a resolver rápidamente el problema de la falta de magnesio. Las sales de Epsom son la mejor solución, porque se disuelven en agua con facilidad y se pueden utilizar como solución para los dos sistemas, exterior e hidropónico.
Niveles de pH
Una de las principales razones de la carencia de nutrientes es un desequilibrio en los niveles de pH necesarios para cultivar marihuana. El pH es la medida que indica lo ácida o alcalina que es una solución, y es importante que los niveles de pH del sistema en el que se cultiva la marihuana sean los adecuados. La mayoría de las plantas de marihuana disfrutan de un ambiente que es ligeramente ácido, y completan la floración con un nivel de pH de alrededor de 6.
Garantizar que los niveles de pH son los correctos cuando riegas las plantas ayuda a asegurarte de que estás proporcionando un medio adecuado a la marihuana. Esto también te ayuda a estar seguro de que no te van a pasar cosas como la carencia de magnesio en tus plantas de marihuana.
Enfermedades
Aparte de los problemas de nutrientes, las plantas de marihuana también son susceptibles a las enfermedades. A veces, se producen en algunas partes de la planta de marihuana que no puedes ver, lo que hace que sea un poco difícil identificar el problema antes de que sea demasiado tarde. Las enfermedades suelen producirse como resultado del entorno en el que crecen las plantas y, en la mayoría de los casos, las enfermedades se pueden prevenir. En el caso de que aparezcan, se pueden tratar.
Oídio
El oídio en las hojas de marihuana es una de las enfermedades más comunes a las que los cultivadores tienen que enfrentarse a la hora de cultivar cannabis. Es el resultado de una gran cantidad de diferentes hongos que permanecen latentes en las hojas hasta que el ambiente es perfecto, momento en el que en tus hojas de marihuana empieza a aparecer una sustancia polvorienta blanca. Las esporas que hacen salir estos pequeños hongos en las hojas son transportadas a la planta a través del viento, insectos, animales, e incluso tú mismo. Es más probable que ocurra en zonas donde la humedad es superior a 55% y si no hay mucha ventilación donde estés cultivando. Dejar que se forme demasiado oídio en la planta afectará a la fotosíntesis, y por lo tanto, afectará a tu cosecha, así que es importante ocuparse de este problema enseguida.
Siempre que puedas, es mejor evitar el oídio que tratarlo cuando llega el momento. Una forma de evitar esta enfermedad es rociar con spray tus plantas con una mezcla compuesta de 2 cucharadas de vinagre de manzana y un litro de agua. Puede utilizar esta mezcla para prevenirlo, así como para su uso en el moho que ya ha aparecido. Matará las esporas y evitará que aparezcan más. También puedes rociar aceite de neem, aceite de sésamo y aceite de pescado para acabar con el moho.
Pudrición del cogollo
Cualquier cultivador que ha tenido experiencia con la pudrición del cogollo sabe que es probablemente lo más devastador que puede pasarle a tus plantas de marihuana. El problema con la pudrición del cogollo es que la podredumbre que se apodera de los cogollos comienza de adentro hacia afuera, y literalmente, se come los cogollos desde el interior. Esta enfermedad es tan cruel, que puede acabar con toda la plantación de marihuana con mucha rapidez. Incluso puede afectar a las semillas, así que cualquier cosa que se encuentre en tu jardín puede verse seriamente afectada por la pudrición de los cogollos.
La pudrición de los cogollos es también conocida como botrytis, y las esporas de moho gris pueden transportarse a través del viento. Normalmente empieza en los tallos más jóvenes justo donde empieza el suelo, los vuelve de color marrón y los pudre. Es importante detectar e identificar la pudrición de los cogollos en este punto, porque después de esto la podredumbre comenzará a extenderse a los cogollos de la planta de marihuana y podría arruinar toda la cosecha. El interior de los cogollos empieza a morirse a pesar de que el resto de la planta puede parecer extremadamente saludable por fuera.
La mejor manera de tratar la pudrición de los cogollos es asegurarse, en primer lugar, de que no se produce. Esto significa elegir una variedad que sea adecuada para el clima en el que cultivas y mantener los niveles de humedad bajos en los sistemas de interior. Mantén una ventilación buena y fuerte para estimular el flujo de aire entre las hojas de la planta. Reducir la densidad de las hojas es también una buena manera de prevenir la pudrición de los cogollos. Puedes utilizar spray o jabón de cobre para tratar tus plantas si ya se ha producido la pudrición de los cogollos.
Como regla general, si una de tus plantas se infecta con botrytis, es mejor eliminarla del todo de la plantación. Sácala y tírala a la basura. Esto también se aplica a cualquier parte de la planta que presente botrytis que no se ha extendido más de que se puede ver. Mantener una planta infectada lejos del resto de su jardín es importante, porque la pudrición de los cogollos echará a perder el resto de tu jardín.
Plagas
Las plagas son las enfermedades que sufren tus plantas de marihuana en forma de pequeños insectos voladores. De hecho, incluso los gatos y los perros pueden representar una plaga para las plantas de marihuana, pero hay menos probabilidades de que lo sean tanto como los insectos. Normalmente, la mejor manera de ocuparse las plagas es de forma orgánica con técnicas de permacultura. Si dejas que un problema de plagas se te vaya de las manos, como resultado, puedes poner tus plantas de marihuana en peligro.
Grillos y saltamontes
Los grillos y los saltamontes pueden representar una amenaza grave para tus plantas de marihuana si hay demasiados alrededor. El peligro es que se alimentan de la plantas de marihuana, y prácticamente de todas sus partes. Si no están masticando las hojas, entonces es probable que están haciendo agujeros en el suelo y alrededor de la tierra en la que la marihuana está creciendo. Esto fragmenta el suelo y crea un ambiente poco saludable para tu planta. También puedes detectar si tienes un problema con grillos o saltamontes, si hay manchas marrones en las hojas.
Puedes probar a añadir nematodos al suelo. Esto te ayuda a tratar el problema de forma orgánica. Si preparas la tierra o el sustrato con abono orgánico antes de cultivar, se evitará el problema.
Pulgones
Los áfidos o pulgones son probablemente la plaga de insectos más frecuente que puede ocurrir en una planta de marihuana. Puede resultar difícil detectarlos porque se esconden en la parte inferior de las hojas de la planta de marihuana. Los pulgones no sólo mastican la plantas de marihuana, sino que depositan una sustancia dulce llamada ligamaza. Esto puede causar otros problemas de insectos como grillos y saltamontes, a los que les gusta el dulce.
Te darás cuenta de que tienes una infestación de pulgones si se marchitan las hojas y se vuelven de color marrón o amarillentas. Suele haber grupos de pulgones que se instalan en la parte inferior de las hojas. Normalmente, la naturaleza se hace cargo de estos problemas al enviar avispas o mariquitas que se comen a los pulgones. También puedes facilitar este proceso a través de un método llamado asociación de cultivos, que atrae a insectos ¡a los que no les gustan los que molestan a tus plantas! Otro método consiste en cortar tomates en trocitos, meterlos en agua y dejarlos en remojo durante toda la noche. Puedes diluir esta mezcla en un poco más de agua y rociarla en las plantas.
Arañas rojas
Las arañas rojas, una especia de ácaros, son otra plaga común para las plantas de marihuana, y deshacerse de ellas puede ser un quebradero de cabeza. Las arañas rojas perjudican a tus plantas de marihuana al consumir la clorofila, que es un componente necesario para el proceso de fotosíntesis. Es difícil detectarlas enseguida porque las marcas que dejan en la planta son muy pequeñas. Aparecen pequeñas manchas que son sólo un poco más grandes que la punta de un lápiz.
Si inspeccionas las hojas a menudo, puedes detectarlos antes de que se conviertan en un problema. Puede que incluso empieces a notar una fina capa de pelos en las hojas. Cuando hay demasiados, la planta comienza a parecer enfermiza, sucia, y podría llegar a morir. Las medidas preventivas son las mejores, como siempre con la marihuana, y usar un abono orgánico es el mejor punto de partida. Esto significa que probablemente ya has añadido a tu tierra o sustrato pequeños bichos a los que les gusta ocuparse del problema de los ácaros por ti.
Si no has conseguido evitarlo, puedes usar agua a alta presión para limpiar tus plantas. El agua a alta presión quitará la mayoría de los insectos que viven sobre las plantas. Otra opción es utilizar una aspiradora para, sencillamente, aspirar todos los insectos y huevos que pudieran estar viviendo en la planta. Si pones lo que queda dentro de la bolsa de la aspiradora en una bolsa de plástico y la metes del congelador, los ácaros mueren porque no pueden vivir en temperaturas frías.
Estrés ambiental
Hay otros problemas ambientales que pueden causar problemas en tus plantas de marihuana, como el exceso o la falta de agua, o la humedad que no es ideal para la marihuana. La temperatura y la luz también desempeñan un papel enorme en el cultivo de una planta de marihuana sana. Por supuesto, todas estas cosas pueden variar dependiendo de la variedad de marihuana que cultives y la forma en que hayas decidido cultivar (interior o exterior). Sin embargo, mantener el ambiente y entorno perfectos es una gran manera de prevenir que se produzca cualquier problema de salud en tus plantas de marihuana.
Estos son algunos de los problemas más comunes que se producen en una planta de marihuana y algunas de las formas en que puedes detectarlos e identificarlos. Prevenir el problema es siempre más eficaz que intentar tratarlo antes de que realmente se convierte en uno. Recuerda que tienes que inspeccionar las plantas de marihuana regularmente para detectar si hay plagas u otras enfermedades, y para actuar con rapidez si te encuentras con que algo anda mal.