La mayoría de la gente no sabe que la marihuana y el lúpulo tienen un ancestro común y forman parte de la misma familia de plantas. Pero, si lo piensas detenidamente, todo cobra sentido. Por ejemplo, el hecho de que guste tanto el sabor de la cerveza y del cannabis. En este artículo repasamos la botánica y la taxonomía de las plantas para descubrir los ancestros comunes del humulus y del cannabis.
Descubrir que la marihuana y el lúpulo están emparentados fue algo así como una revelación. ¿Qué tiene la familia de plantas cannabáceas que hace que los humanos salten de alegría y vacíen sus carteras? ¿Y en qué punto exacto de la línea ancestral se conectan el lúpulo y el cannabis?
De repente, adquiere mucho sentido que estas plantas estén relacionadas. El olor y el sabor de un porro de buena calidad son incomparables, con la excepción del olor y el sabor de una gran cerveza. Las palabras que utilizamos para describir el aroma de una cerveza recuerdan misteriosamente a los términos que utilizamos para describir la marihuana, ¿no crees? Sin embargo, de alguna manera, la experiencia sensorial de estos dos productos embriagantes se solapa, y los botánicos creen saber el motivo.
El lúpulo y la marihuana están más relacionadas de lo que crees. Echemos un vistazo a la conexión entre estas dos plantas tan queridas.
Todo está en los terpenos
No estábamos equivocados con respecto al olor y al sabor: terroso, cítrico, skunky. Ahora mismo, podría estar hablando de cerveza o de hierba y no podrías distinguirlo. Del mismo modo que describes el sabor de un porro a tu amigo, alguien, en algún lugar, está utilizando exactamente el mismo lenguaje para describir el sabor de su cerveza. Esto tiene una explicación: los terpenos.
Es posible que hayas oído hablar de los terpenos, una categoría de sustancias químicas sintetizadas por células vegetales específicas, responsables de los diferentes sabores y aromas de las plantas. Los limones, por ejemplo, obtienen su olor característico de un compuesto llamado limoneno, que también está presente en la marihuana, por cierto. Los investigadores de la Universidad de la Columbia Británica han identificado casi 30 terpenos diferentes en el genoma del cannabis, como el pineno, el mirceno y el linalol.
Los terpenos son uno de los elementos que vinculan el lúpulo y la marihuana. En el lúpulo también se encuentran aromas y sabores de pineno (olor a pino) y mirceno (aroma afrutado). Con casi 150 variedades de lúpulo e innumerables variedades de marihuana, no cabe duda de que habrá algunas propiedades que se solapen. Hay ciertos tipos de lúpulo cuyos olores podrían incluso engañar a alguien con los ojos cerrados, como el Summit y el Eureka, ambos con aromas especialmente penetrantes y húmedos.
Curiosamente, el sabor amargo que adquieren las cervezas tras la adición de lúpulo no se debe a los terpenos, sino a los terpenoides. Los terpenoides son compuestos derivados de los terpenos, pero que no son terpenos en sí mismos. Un ejemplo es el humuleno, derivado del alfa-humuleno.
La próxima vez que entres en un bar y pidas una cerveza con un sabor a lúpulo especialmente intenso, sabrás qué terpenoide es el responsable.
La relación entre el lúpulo y la marihuana desde un punto de vista taxonómico
Se puede afirmar con bastante seguridad que, a menos que estés completamente sobrio y te apetezca pronunciar palabras complejas y confusas, no deberías meterte en el mundo de la taxonomía. De todos modos, afortunadamente, hay personas dedicadas a ello que ya se ocupan del trabajo díficil por nosotros. Así que aquí está su historia.
Antes de que los taxónomos clasificaran el lúpulo y la marihuana como plantas de la familia de las cannabáceas, las incluían dentro de la familia de las Urticales. Pero cuando los biólogos moleculares empezaron a investigar la expresión del ADN de muchas de estas plantas, descubrieron que no había casi nada que destacara en la familia de las Urticales. No había ni siquiera un hilo de similitudes o algún tipo de orden.
En 2002, algunos biólogos moleculares del Reino Unido y de Estados Unidos decidieron que ya era hora de limpiar la confusión creada por sus colegas precedentes. Por supuesto, realizaron sus propias y complicadas investigaciones de biología molecular, la mayoría de las cuales probablemente no entenderíamos. Pero confirmaron que el lúpulo y la marihuana estaban sin duda relacionados. Por supuesto, pertenecen a la familia de las cannabáceas.
La conexión no termina ahí. En realidad, esta pequeña familia de cannabáceas pertenece a un grupo de plantas aún mayor, convenientemente también llamado Cannabaceae (quizás les dio pereza idear nombres taxonómicos). Esto significa que el ancestro común del lúpulo y el cannabis lo es también de muchas otras plantas.
Todo esto nos lleva a que hay más plantas que podrían hacernos vibrar de la misma manera que la marihuana y el lúpulo. Pero probablemente no tengamos tiempo para analizar toda la historia genética de estas dos plantas en un solo artículo. Lo dejaremos en manos de los académicos.
El matrimonio: la cerveza de marihuana
Para quienes se lo estén preguntando, sí, la cerveza de marihuana existe. Hay muchos cerveceros caseros (especialmente en Estados Unidos) que experimentan con la maravillosa combinación de estas dos plantas. Parece que están destinadas a unirse.
Se puede hacer de varias maneras. Un método consiste en añadir marihuana «cruda» a la cerveza, lo que sencillamente realza el sabor. Sin embargo, si el cannabis se descarboxila, la cerveza resultante contendrá THC.
Por ejemplo, aquí en los Países Bajos la cerveza de marihuana se vende en los supermercados. Sin embargo, es del tipo no descarboxilada, es decir, no contiene nada de THC. En Estados Unidos, encontramos cervezas con alto contenido de THC, pero sin alcohol. Así que, por ahora, es una cosa o la otra.
Imagina la sensación de beberte una cerveza de marihuana de verdad. Evitaría la necesidad de tener que preparar un porro y fumarlo. Pero también podría dar lugar a una de esas noches que se pasan con los brazos alrededor del inodoro si las cosas se nos van un poco de las manos, algo que nos ha pasado a más de uno. Con un uso responsable, supondría una auténtica revolución en la forma en que consumimos ambas sustancias embriagantes.
En cualquier caso, es posible que el destino de estas dos plantas sea estar juntas, como si estuviera escrito en las estrellas. La unión de ambas tiene sentido, dado que comparten los mismos abuelos. ¡También explica el amor de la humanidad por ellas!