Es una pena que la evidencia empírica relacionada al autismo y el cannabis siga en etapas muy tempranas, porque hay mucha evidencia anecdótica. Hay padres que están testificando los efectos positivos del cannabis en el autismo. ¿Pero realmente qué más sabemos sobre la relación entre los dos? Lee este artículo para averiguarlo.
El autismo es una travesía que dura para toda la vida para aquellos que lo tienen, y desafortunadamente hay muy pocos tratamientos farmacéuticos para ello. Caracterizado solo por sus síntomas, la causa real del autismo permanece desconocida. De hecho, el autismo como una condición médica definida solo ha estado con nosotros desde los 40s, y su relación con el cannabis sigue siendo muy reciente.
La mayoría de las historias a las que hemos estado expuestos sobre la relación entre los cannabinoides y el autismo son anecdóticas, no obstante convincentes. Mientras aprendemos más -aunque lentamente- sobre la relación entre la marihuana y esta interesante enfermedad, parece que el cannabis podría ser un tratamiento potencial para algunos.
¿Qué es el autismo?
El autismo, el cual es la abreviación del Trastorno del Espectro Autista, es una enfermedad relativamente definida hace poco. Está caracterizada por síntomas de problemas con la interacción social, dificultades de comunicación y comportamientos obsesivamente repetitivos.
Normalmente se define temprano en la vida, en los primeros años del desarrollo de un niño. Es por esta razón que los científicos creen que el autismo tiene algo que ver con el desarrollo temprano del cerebro.
Hay una amplia variedad de severidades cuando se habla del autismo, por lo que las diferentes severidades son juntadas en un mismo grupo. Hay pacientes que no son capaces de comunicarse y no muestran señales de empatía, mientras que otros son capaces de ser una parte activa de la sociedad. Se dice que algunos pacientes “altamente funcionales” que sufren de autismo tienen el Síndrome de Asperger.
Un comentario interesante, Hans Asperger, uno de los “pioneros del autismo” acuñó esta enfermedad inusual como la enfermedad de los “niños físicamente anormales”. Esta condición fue definida alrededor de los años 40s por Asperger y su séquito, y desde entonces no hemos aprendido mucho sobre ella.
Aparte de ser capaces de identificar sus síntomas, nosotros realmente no sabemos qué causa el autismo o de dónde viene. Hay algunas teorías de que el autismo es hereditario, mientras que otros dicen que se desarrolla durante embarazos particularmente estresantes o en madres de edad avanzada.
La evaluación médica es importante cuando se diagnostica el autismo debido a la amplitud de los síntomas con los que está asociada. Y desafortunadamente, nuestra falta de comprensión de dónde viene el autismo significa que las formas de tratamiento convencionales son muy limitadas.
La mayoría de las víctimas del autismo son tratadas con métodos de intervención conductual. Los dos más respaldados con evidencias son el Modelo Denver de Inicio Temprano y el Modelo Lovaas. La esencia de estas formas de tratamiento es intervenir en el comportamiento del niño y básicamente volver a entrenarlos para ser una parte funcional de la comunidad.
Para algunos, estos métodos de tratamiento no son satisfactorios, y pacientes y padres continúan con una situación particularmente difícil entre sus manos. Esto es probablemente el por qué algunos acuden al cannabis, descubriendo un tratamiento potencial.
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Las limitaciones de la restricción del cannabis en estudios clínicos
Literalmente no queda ningún estudio clínico sobre los efectos del cannabis en aquellos con autismo. Y siempre y cuando haya poca evidencia empírica y clínica, los doctores no van a recetar cannabis como un tratamiento para el autismo.
La marihuana sigue siendo ilegal en muchos países alrededor del mundo, pero inclusive en aquellos países donde ha sido legalizada, hay restricciones grandes en cuanto a su uso en investigaciones.
Los gobiernos normalmente tienen un monopolio sobre el cannabis que es usado para investigaciones y hacen que los investigadores pasen a través de diferentes obstáculos para tener el derecho de realizar estudios. Esto deja a muchas personas entre la espada y la pared, porque sin los estudios no hay una evidencia concreta que respalde las diferentes afirmaciones.
Esta es solo una de las limitaciones que confronta la industria global de la marihuana, pero es una enorme por decir lo menos. La cantidad alarmantemente pequeña de investigaciones clínicas con el cannabis significa que nosotros no tenemos la oportunidad de saber realmente qué está ocurriendo con la marihuana. Y saberlo cambiaría muchas cosas, y probablemente daría más credibilidad a algunas afirmaciones médicas.
Habiendo dicho eso, la evidencia anecdótica no es inútil. Es un buen indicador de que al menos algo está ocurriendo, inclusive si no sabemos exactamente qué. Y definitivamente ha habido un poco de atención cuando se habla de los productos de cannabis y las víctimas del autismo.
La intervención del cannabis en el autismo
Así que, aunque no hay una evidencia empírica concreta por la que la marihuana funcione para aquellos con autismo, definitivamente hay algunas historias sobre esto. Una madre, Mieko Hester-Perez creó La Fundación Poco Convencional para el Autismo después de que ella descubrió que la marihuana medicinal podría ayudar a su hijo. Misteriosamente parecida a la historia de La Telaraña de Charlotte, Kushman Genetics nombró una cepa en honor al hijo de Hester-Perez, Joy, apropiadamente llamándola Joey’s Strain (La Cepa de Joey).
Joey estaba siendo tratado con farmacéuticos para su autismo desde los dieciséis meses de edad. Para el momento que cumplió diez años, él solo pesaba alrededor de 21 kilos, perdiendo peso excesivamente como un efecto secundario de su medicamento. Su madre finalmente acudió al método poco convencional de utilizar comestibles de marihuana medicinal. En solo un par de meses, su peso volvió a subir y en solo seis meses, él estaba haciendo contacto visual con las personas. Fue la primera vez en su vida que hizo eso.
Otra poderosa intervención del cannabis en el autismo fue con Kalel Santiago. La severidad de este caso fue tan alta que el niño no era capaz de hablar. El Dr. Giovanni Martínez, un doctor que estaba experimentando con métodos pocos convencionales para tratar el autismo, fue el que finalmente les hizo la sugerencia a los padres de Santiago sobre el tratamiento con marihuana.
Pero él solo no estaba interesado en el cannabis como un tratamiento alternativo. Él también les estaba enseñando a surfear a los niños con autismo, expresando su creencia en la capacidad de este deporte como tratamiento del autismo. Fue solo después de administrarle aceite de CBD a Kalel que él dijo su primera palabra, sondeando las vocales A-E-I-O-U.
La evidencia anecdótica continúa formando un caso para la marihuana y el autismo, aparentemente a pesar del hecho que no sigue habiendo evidencias clínicas. El Instituto de Investigación del Autismo también comenzó a hacer observaciones poco después. Ellos notaron que aquellos niños que habían utilizado la marihuana mejoraron en áreas como la agresión, ansiedad, rabietas y ataques de pánico.
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El autismo y el sistema endocannabinoide
Aunque nosotros no hemos realizado muchos estudios sobre el efecto de la marihuana en aquellos con autismo, los científicos han notado una conexión entre el sistema endocannabinoide y la condición. Hay ciertas mutaciones genéticas que han ocurrido en aquellos sufriendo de autismo, y algunas investigaciones sugieren que los cannabinoides tienen un efecto en estas áreas.
Un estudio realizado en 2013 afirma que “dos mutaciones relacionadas al autismo en una proteína de adhesión sináptica conlleva a déficits en la señalización prolongada del endocannabinoide en los ratones”. La investigación implica que la señalización del endocannabinoide juega un papel importante en los diferentes tipos de autismos, lo cual podría ayudarnos a entender por qué la marihuana parece tener un efecto tan profundo en algunas víctimas del autismo.
La señalización del endocannabinoide tiene efectos generales en las partes del cerebro que lidian con la memoria, el dolor y el aprendizaje. Aunque realmente no hay mucho entendimiento en cómo todo esto se conecta al autismo, hay al menos un indicador. Existe la posibilidad de que el sistema endocannabinoide juega un papel importante en los síntomas del autismo, lo cual explicaría el papel del cannabis en todo esto.
Todo lo que sabemos, así sea científica o anecdóticamente, apunta seguramente a una cosa. Y eso es que deberíamos saber más. Las historias como las de Hester-Perez y Santiago ruegan por que haya más investigaciones sobre la conexión de la marihuana con el autismo.
Es importante para los padres tener una idea clara de sí o no la marihuana podría ser una medicina efectiva para sus hijos. Y esto podría abrir potencialmente un nuevo mundo de posibilidades para los pacientes del autismo que, hasta ahora, realmente no han tenido éxito con las formas de tratamiento convencionales.
