Aunque el cannabis es ilegal en la India, te sorprendería escuchar sobre las enormes granjas de cannabis que lo están cultivando en la cima del Himalaya. Existen pueblos que se dedican completamente a cultivar cannabis y son los proveedores más grandes de hachís en el mundo. Lee este artículo para saber más sobre las granjas de cannabis del Himalaya.
La India siempre ha sido un lugar de fama mundial para la historia de la marihuana, con su uso remontándose desde Shiva. Hasta ahora, la India no ha perdido su atractivo para la industria de la marihuana, con granjas de cannabis en la cima del Himalaya aportando toneladas de producción al año. Estas granjas están muy lejos del uso entenogénico que Shiva le dio a la marihuana, ya que todas estas personas lo hacen por negocios.
Lo que es hermoso sobre estas granjas es que la marihuana es cultivada básicamente en la naturaleza, dándole a los locales más que suficiente suministro para satisfacer la demanda india. Ubicadas en la cima de las montañas del Himalaya, ni siquiera la policía puede controlar la cantidad de marihuana que se produce. Estos pueblos del Himalaya están básicamente cubiertos de marihuana silvestre, y todas sus vidas están dedicadas a cultivar marihuana. Este artículo es un viaje dentro del duro trabajo que se realiza en las granjas de marihuana ocultas dentro de las profundidades de las montañas del Himalaya.
La creación de las charas
Las charas es lo que producen las granjas de marihuana del Himalaya, y son un tipo de hachís hecho a mano que normalmente viene de la India. El rol del hachís ha sido enorme en la cultura india y su historia espiritual, y fue legal hasta los años 80s. El Himalaya es el lugar más generalmente reputado de ser el origen de la marihuana, y es en esta cordillera que los Sadhus (los hombres sagrados) van a meditar. Ellos se encontraban entre las primeras personas en hacer charas.
Hacer charas es un largo y tedioso proceso, y requiere de mucho trabajo. De hecho, hoy en día es usada la misma técnica que fue usada hace cientos de años por aquellos que buscaban refugio espiritual en las montañas. Los cogollos son prensados y rodados entre los dedos para remover el material resinoso de la planta. Esto es muy similar a la forma en que hacemos hachís de dedo hoy en día. Esta es probablemente la forma que consume más tiempo para hacer hachís, y los aldeanos que viven en el Himalaya pasan toda su vida comprometidos a la producción de charas. Son necesarios hasta 50 cogollos para producir 10 gramos de charas, lo que significa que es mucho trabajo por una recompensa más pequeña de lo que pensarías. Sin dudas sigue siendo considerado uno de los mejores hachises en el mundo y puede costar hasta $20 por gramo si lo compras en países occidentales.
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Es estrictamente un negocio
Aunque la historia del uso del cannabis en la India se origina con su uso espiritual, eso es difícilmente por lo que se está cultivando en la actualidad. Estos pueblos confían casi completamente en el ingreso de sus plantaciones de cannabis, afectando muy poco al pueblo. El otro tipo de negocio que existe son pequeñas tiendas vendiendo vegetales, legumbres y cigarrillos. A pesar del hecho que ellos trabajan duro y producen toneladas de hachís himalayo todos los años, ellos siguen viviendo en lo que se consideraría una vida humilde. Un pueblo fue fotografiado por National Geographic el año pasado, el cual solo es accesible a pie, apartándolos completamente del resto de la tan concurrida India.
Su ubicación remota también hace que sea difícil que la policía los capture. La marihuana sigue siendo ilegal en la India, pero las condiciones son ideales para estos aldeanos. Es casi imposible que la policía rastree a los productores de las plantaciones, porque la mayoría de las plantas crecen en la naturaleza. Además, ellos siguen mudando sus plantaciones cada vez más arriba de la montaña para ser menos accesibles y más difíciles de encontrar. Un par de redadas al año es apenas la punta de la cantidad de plantas que están creciendo en el Himalaya, y el negocio es un completo éxito.
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La vida no parece ser tan mala
Para la mayoría de las personas que viven en estos pueblos, básicamente no existe otra ocupación alternativa. Esto significa que la vida es muy simple para estos aldeanos. Ellos trabajan duro y sin descanso, pero su recompensa es una vida en la naturaleza que se vive de acuerdo a su propio horario. Sin mencionar que si quisieran, pudieran fumar el hachís más fino del mundo. Es poco probable que la policía logrará ponerse al tanto con estos campos de marihuana, y definitivamente no hay un fin en la demanda de las charas en la India.
No parece que el cannabis va a ser legalizado en la India muy pronto, pero la actitud general en el país es muy liberal. Ha sido una parte de la cultura por mucho tiempo, lo que significa que es básicamente aceptada por la mayoría de la población, e inclusive los policías no la tratan tan severamente.
