Durante las últimas décadas, los cultivadores han estado trabajando duro, dedicando sus vidas a cultivar las mejores cepas de marihuana que hemos tenido la oportunidad de conocer. ¿Pero qué ocurrió antes de todos estos cruces? ¿Cómo era el cannabis antes de habernos entrometido en la genética natural? Este artículo se trata sobre las variedades criollas, las cepas originales de marihuana.
El cannabis que termina en los bongs y pipas de los fumadores modernos tiene una historia genética más larga de la que normalmente pensamos. La mayoría de la marihuana que fumamos hoy en día es una cepa hibridada que debió haber comenzado en algún sitio. El tema de conversación de hoy es – cuál es ese origen.
Muchas personas hablan sobre el ancestro común de los seres humanos, que nosotros debimos habernos multiplicado y multiplicado a partir de algún origen. Se teoriza lo mismo – o en realidad se sabe lo mismo – sobre la marihuana. Las cepas que fumamos en la actualidad son el resultado de muchos programas de fitomejoramiento. Pero todas tuvieron el mismo origen – las cepas criollas.
Cuando hablamos sobre las cepas criollas, estamos hablando sobre qué era la marihuana antes de que la comenzáramos a cruzar, combinar genéticas, aislar fenotipos y tratar de reproducirlas. Las cepas criollas son las cepas ferales originales de cannabis que la naturaleza seleccionó, de las cuales adquirimos todas las cepas maravillosas que conocemos en la actualidad.
El origen del cannabis
Hay registros en todos lados que fechan el uso del cannabis en la era de los vikingos, escitas, los romanos y los griegos. Pero es muy probable que la marihuana haya llegado a estos lugares después de que los humanos comenzaran a viajar. Los científicos e historiadores, en su mayor parte, creen que el cannabis se originó en Asia Central.
La marihuana que crecía en Afganistán, Pakistán y la China hace miles de años es poco probable que se parezca a lo que conocemos ahora como cannabis. “En esos días”, la marihuana crecía como una maleza.
Cuando los negociadores y comerciantes se dieron cuenta que otras personas probablemente querían probar un poco de glorifica marihuana, ellos probablemente recolectaron semillas y viajaron para venderlas. Es probable que así el cannabis se volvió popular y amado en el Oriente Medio y África.
Inclusive cuando los cultivadores estaban viajando por el mundo, todavía eran cepas criollas. Nosotros no podíamos cruzar o jugar con la genética en ese punto de la historia. Nosotros simplemente sabíamos que nos encantaba consumirla. Y la planta abrió su camino hacia Norteamérica y Sudamérica teniendo todavía las genéticas originales de la marihuana.
La morfología y el comportamiento de las cepas criollas comenzaron a adaptarse a sus ubicaciones respectivas. Es por eso que las diferentes cepas criollas tienen diferentes cualidades.
Cuando las plantas fueron de la fría Asia Central a la tropical Colombia, la planta pasó por cambios necesarios para que ella pudiera sobrevivir. Esto no lo clasifica como un “cruce” como tal, sino selección natural en las cepas criollas que fueron trasladadas.
La búsqueda del origen misterioso
¿Alguna vez te has preguntado por qué la ganja es tan diferente a hace un par de décadas? Nosotros hemos pasado la mayor parte de los últimos 20 años hibridando el cannabis, creando nuevas cepas a través de algún tipo de alquimia botánica. Pero en los años 60s y 70s, no se trataba sobre hacer nuevas cepas. Se trataba de buscar el OG real – la verdadera cepa criolla.
Era mucho más fácil contrabandear semillas de cannabis alrededor del mundo cuando no existía “la seguridad en los aeropuertos”. Y los cultivadores lo aprovechaban, viajando alrededor del mundo hasta la India y Afganistán recolectando semillas de cepas criollas. Estas cepas finalmente fueron llamadas cepas nativas, y todavía tienen mucha demanda.
Todavía hay cazadores de cepas en la nueva era. Es posible que los hayas visto en TV. Uno de ellos es el famoso Franco Loja, quien hizo su carrera cazando cepas criollas de todo el mundo. En el libro de Dan Michaels: Green: A Field Guide To Marijuana, él entrevista a Loja sobre las cepas criollas.
En esta entrevista, Loja habla sobre la importancia de las cepas criollas como la esencia pura de lo que es el cannabis. Son “perfeccionadas por la Madre Naturaleza por cientos o algunas veces miles de años”. En el contexto de la selección natural, las cepas criollas han estado produciéndose por mucho, mucho tiempo. Lo que la naturaleza ha seleccionado naturalmente por miles de años de evolución no es algo que la duración de la existencia humana realmente puede replicar.
Los fitomejoradores quieren poner sus manos en cepas criollas más que en semillas hibridas. Tener una cepa criolla en tus manos te deja literalmente volver a la fuente, al comienzo del fitomejoramiento. Las cepas criollas normalmente son plantas más robustas y fuertes. Las cepas híbridas más nuevas todavía se siguen “adaptando” al ambiente, mientras dejamos atrás los genotipos y fenotipos más débiles.
Hay un riesgo desafortunado de que las raíces criollas puedan extinguirse debido a cuánta energía hemos puesto en el proceso de fitomejoramiento en vez de cultivar tipos de cepas originales. Si perdemos la cepa criolla, esencialmente estamos perdiendo el trabajo que la naturaleza ha hecho por miles de años para darnos el cannabis que tenemos hoy. Son muy importantes debido a que son la fuente y el combustible de nuestros programas de fitomejoramiento actuales.
Diferentes cepas criollas alrededor del mundo
Como lo mencionamos anteriormente, las cepas criollas se originaron en Asia Central, pero lograron llegar a varias partes del mundo, formando muchas diferentes adaptaciones. Las cepas criollas o nativas que conocemos en la actualidad vienen de Colombia, Afganistán, Pakistán o la India.
Cepas criollas colombianas
Si alguna vez has escuchado sobre cepas como la Colombian Gold o Santa Marta Gold, entonces has escuchado sobre algunas cepas criollas anteriormente. Son nombradas adecuadamente por los lugares donde se originaron. Algunas crecieron en humedales, mientras que otras crecieron en climas más severos como la Sierra Nevada, e inclusive dentro de las cepas criollas colombianas, hay variedades.
Las cepas criollas colombianas son las que conocemos como sativas. Ellas expresan las cualidades de las plantas sativas, con tallos altos y hojas delgadas. Con una apariencia en forma de cono, hay largos espacios entre los nodos y las ramas crecen para ser muy grandes. Es difícil cultivar estas cepas criollas en al Norte de Europa o lugares donde hace frío, porque se han adaptado a un clima cercano al ecuador.
Cepas criollas afganas y pakistaníes
Las cepas de Asia Central están mucho más cerca de lo que tenemos la oportunidad de conocer como Kush (o cepas indicas). A diferencia de las cepas criollas colombianas, estas cepas vienen de un clima más severo, frío y con la elevada altitud de las cordilleras. Son mucho más pequeñas en tamaño en comparación a las cepas criollas colombianas, no creciendo para ser muy altas, pero sí muy densas en resina y tricomas.
Interesantemente, inclusive las hojas están cubiertas en resina como un método de protegerse a sí mismas contra el clima. Para los cultivadores locales, esto no significa que hay menos cogollos, porque la producción principal es el hashish, el cual también puede hacerse con la resina en las hojas.
Cepas criollas indias
El tercer tipo de cepa criolla común viene de la India. Esta planta ha jugado un papel enorme en la cultura india durante siglos y sigue creciendo allí abundantemente. Los cogollos son el evento principal cuando se hablan de las cepas criollas indias, en vez de la producción de hoja o resina, probablemente porque los cogollos eran usados para hacer Bhang (una bebida local hecha con marihuana).
Estas cepas criollas tienen un tallo central ancho y pueden crecer para ser hasta tres metros de alto. Hay un interesante aroma picante que viene con las cepas criollas indias que es único en estas plantas. Un efecto particularmente psicoactivo también es algo muy característico de las cepas criollas indias.
Como puedes ver, hay muchas variedades inclusive en las razas originales de cannabis. Esta es la forma de la naturaleza de preservar la planta a través de diferentes ambientes. Es importante proteger estas cepas, debido a que son la base de todos los cruces modernos. También sería toda una pena perder las genéticas seleccionadas por la naturaleza porque fracasamos en darle importancia.
¿Sigue valiendo la pena cultivar cepas criollas?
Todavía hay cultivadores que insisten en cultivar cepas criollas – y por muy buena razón. La información genética contenida en las cepas criollas es irremplazable y básicamente imposible de copiar. Las cepas criollas han estado siendo usadas en cepas cruzadas como el K2, y son parientes muy cercanos a cepas como la Afghan y Durban Poison.
Así como los humanos piensan que pueden mejorar las cepas criollas dándoles un contenido más alto de THC, que tengan cogollos más grandes o más resina, las cepas criollas son el lienzo para hacerlo. Estas cepas contienen información que es crucial para cruzar cepas de marihuana robustas, saludables y sostenibles.
Como mencionamos anteriormente, las genéticas de las cepas criollas han sido naturalmente seleccionadas por el ecosistema natural durante milenios. Nosotros podríamos pensar que nuestros métodos de selección son los mejores, pero los métodos de la naturaleza son bastantes buenos.
Así que sí, vale la pena cultivar cepas criollas, si es solo por el único propósito de mantenerlas vivas. Quizás no valgan nada para el cultivador que solo quiera fumar cogollos. Pero para el cultivador que está directamente involucrado en el fitomejoramiento, vale la pena tener algunas cepas criollas.