Las semillas de Pineapple Autoflorecientes se transforman en flores que generan unos efectos de larga duración. Se trata de una planta fácil de cultivar y de gran rendimiento, apta tanto para interior como para exterior si se dan las condiciones adecuadas. Los sabores y terpenos van del skunk al dulce, y el perfil completo es sumamente complejo. Sus robustas ramas sostienen cogollos grandes, densos y resinosos.
Las semillas de marihuana de Pineapple Autofloreciente se comportan como auténticas campeonas, ya que son fáciles de cultivar y producen grandes cosechas. Las flores de esta planta son dulces pero skunky, los efectos son cerebrales pero también corporales, y la morfología es compacta pero vigorosa. El perfecto equilibrio 50/50 de genéticas índica y sativa ha creado una planta completísima que es un placer cultivar.
La Pineapple Autofloreciente es un delicioso cruce de Skunk #1, Cheese y Pineapple desarrollado en colaboración con Fat Beans como parte de Breeding Grounds. El resultado es una planta híbrida equilibrada que además es autofloreciente. La Pineapple Autofloreciente alcanza una altura media. El estrecho espaciado nodal crea muchas ramas robustas, que más tarde sostendrán los cogollos hinchados.
El linaje índica destaca por su rápida etapa de floración, algo que se hace patente en la Pineapple Autofloreciente, donde tiene una duración que oscila entre los 42 y los 56 días. En interior, la altura habitual en el momento de la cosecha suele estar entre los 70 y los 110 cm. En exterior, la Pineapple Autofloreciente se desarrolla mejor en climas templados y continentales. Los cultivadores de esas regiones pueden ver alturas de 80-120 cm.
La Pineapple Autofloreciente se comporta bien en interior bajo un entorno adecuado, pudiendo alcanzar cosechas de 200-250 gramos por m². Los resultados varían al aire libre, pero se puede obtener un rendimiento de 70-200 gramos por planta. Los cogollos de la Pineapple Autofloreciente forman densas bolas grandes de color verde claro, con estigmas de color naranja oscuro y abundantes tricomas de color blanco cremoso.
La Pineapple Autofloreciente produce unos efectos de larga duración que estimulan la mente y el cuerpo. La primera sensación perceptible es casi inmediata: una felicidad patente, eufórica, que eleva el alma y aporta una nueva perspectiva a la jornada. La experiencia general es relajante y tranquilizadora. En el cuerpo, el usuario notará un colocón prolongado que relaja los músculos.
La Pineapple Autofloreciente posee un divertido perfil de terpenos, el cual representa extremos opuestos del espectro. Los aromas dulces se mezclan magistralmente con los terpenos skunky, creando una íntima relación agridulce. Respaldan la combinación primaria notas de piña madura sin cortar y toques a cítricos refrescantes.
El nombre de esta variedad lo dice todo: la Pineapple Autofloreciente posee un innegable sabor a piña. No lo bastante ácido como para fruncirte el ceño, pero sí lo suficiente como para hacerte salivar. El sabor se describe muy bien como el de una jugosa rodaja de piña recién pelada. Complementa el conjunto un trasfondo con notas a cáscaras de cítricos y a picante skunk agrio.