La Grapevine Candy Feminizada es una variedad 80% índica y 20% sativa desarrollada mediante el cruce de dos potentes índicas, la Zkittlez y la Modified Grapes. La Grapevine Candy Feminizada crece bien en climas templados y continentales, y rinde grandes cantidades de cogollos densos que despliegan una combinación de tonalidades púrpura y pistilos de un naranja intenso. La morfología índica de la variedad y sus sabores y aromas a caramelo subrayan las características únicas de la Grapevine Candy Feminizada.
La Grapevine Candy Feminizada, una variedad muy deseada entre los amantes de la marihuana, se creó combinando las cualidades más atractivas de la Zkittlez y de la Modified Grapes, dando como resultado una variedad con un aroma, un sabor y una potencia excepcionales. El perfil de terpenos es una deliciosa combinación de aromas dulces y acaramelados que le confieren un irresistible encanto afrutado. Los efectos iniciales comienzan con un fuerte subidón corporal, que relaja los músculos y aumenta la lucidez mental sin nublar la mente.
La Grapevine Candy Feminizada exhibe rasgos propios de un híbrido de predominio índica, con ramas laterales robustas que sostienen unos cogollos densos y gruesos, una distancia internodal corta y un follaje frondoso. A medida que la planta se desarrolla, sus múltiples colas forman una espesa copa que se eleva por encima de las grandes y anchas hojas en abanico que hay debajo. A lo largo de su ciclo de crecimiento, la Grapevine Candy Feminizada se cubre de abundante vegetación, y es aconsejable eliminar regularmente las hojas sobrantes para evitar la acumulación de aire estancado.
Cuando se cultiva en interior, la Grapevine Candy Feminizada suele alcanzar una altura media que oscila entre los 120 cm y los 140 cm, mientras que al aire libre puede crecer más alto, alcanzando normalmente los 160 cm. En cuanto los pistilos femeninos se hacen visibles en las ramas superiores, empieza la etapa de floración de la planta, que puede durar hasta 65 días.
A medida que la Grapevine Candy Feminizada entra en la etapa de floración surge una intensa fragancia que puede preocupar a quienes dan prioridad a la privacidad. Es una variedad versátil que puede cultivarse tanto en interior como en exterior, adaptándose bien a climas templados y continentales. Algunos cultivadores de interior afirman haber obtenido rendimientos impresionantes (hasta 550 gramos por metro cuadrado), mientras que al aire libre se han registrado más de 600 gramos por planta.
A los cultivadores experimentados probablemente les agrade que la Grapevine Candy Feminizada responda positivamente a varios métodos de entrenamiento, como SCROG, SOG, supercropping y lollipopping. Los cogollos de la Grapevine Candy Feminizada son muy apreciados por su volumen y consistencia, con brácteas grandes e hinchadas, y una amplia gama de llamativas tonalidades púrpura que destacan entre el exuberante follaje verde oscuro. Las flores están cubiertas de una gruesa capa de tricomas brillantes con estigmas de un naranja ardiente.
Gracias a su aroma y sabor afrutados, la Grapevine Candy Feminizada es una variedad de predominio índica que exhibe una atractiva mezcla de características derivadas de su diversa base genética. Produce un subidón potente que arranca con un estallido de euforia, induciendo una sensación de felicidad, creatividad y lucidez mental. A medida que avanza este subidón, poco a poco se transforma en un fuerte colocón corporal que relaja los músculos al tiempo que mantiene la agudeza mental sin nublar la mente.
La Grapevine Candy Feminizada presenta un complejo perfil de aroma y sabor, con una dulce fragancia que recuerda a una tienda de golosinas. Le acompañan aromas refrescantes a mango, cítricos y chicle, que se complementan con sutiles matices terrosos y una pizca diésel. Al inhalar, podrás disfrutar de una deliciosa combinación de bayas dulces y notas cítricas que recuerdan a las naranjas. Poco a poco, el dulzor disminuye y un sabor terroso con un toque de skunk persiste en el paladar.
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